La Selecta en Copa Oro, la eterna historia de Cuartos




Estamos a una semana para que la Selecta comience una aventura más en Copa Oro. Otra oportunidad más para que el equipo nacional vuelva a ganar… experiencia.

La Selecta Cuscatleca, «que de todas es la mamá», cuenta con 10 participaciones en este torneo y nunca se ha pasado de la etapa de Cuartos de Final. Ni cuando se tuvo un mejor equipo que el que está por competir, oh casualidad, con el mismo técnico, el mexicano Carlos De los Cobos.

Y no es que no crea que podamos hacer un buen papel. Claro que sí. Pero la historia nos ha demostrado que solamente nos alcanza para eso, hacer buenos papeles en un partido, o dos juegos, y luego caemos en Cuartos y de regreso a casa. Sin pena ni gloria.
Yo no voy a negar que me apasiona la selección de mi país, que me gusta ver de azul el estadio, que me emociona cantar el himno a todo pulmón y que salto y abrazo al que está a la par cuando cae gol de la Selecta. Además, se me enchina el cuero ver al equipo nacional jugando en los estadios gringos y ver a los hermanos lejanos apoyando a la azul. Pero tampoco me voy a cegar y pensar que estamos para ganar este torneo. Ni para pasar de Cuartos. Ya no digamos para asistir a un mundial. Bien podríamos decir que la Copa Oro viene siendo nuestro mundial, luego la Hexagonal.

Yo, siendo honesto, perdí la ilusión de ir a un mundial de fútbol allá por 1997, cuando la selección que dirigía Milovan Djoric me hizo creer que se podía. Desde entonces, a no ser por el chispazo de la azul de los amaños dirigida por DLC en el 2009, no se ve claro por dónde.
La Selecta tuvo la mejor oportunidad de ir a un mundial en México 86. Pues era el máximo rival el que la organizaba, y no se eliminó y teníamos la base del 82 todavía activa. Pero fallamos. Luego, en el 90 para Italia, tuvimos otra gran oportunidad, pues México, sí, otra vez el gigante del área, no estaba en el camino por estar excluido de toda actividad por unos amaños en las edades de sus jugadores en un torneo juvenil, pero ajá, también volvimos a fallar.

Las dos mejores oportunidades para asistir a un mundial las desperdiciamos. Y, como bien sabemos, ya con un generación espontánea de jugadores no se logra clasificar. Se hace a base de trabajo en la inferiores y, pues, no tenemos. En nuestro haber, solo contamos con una clasificación a un mundial Sub 20 y, de ese grupo, pocos jugadores «han triunfado» en equipos grandes, extranjeros o en la Selecta misma. Recién se tuvo una participación discreta en un premundial Sub 17, y hace dos semanas se nombró al DT para la próxima Sub 20, que pronto tendrá participación. ¿Y así cómo pues?
Ayer, la Selecta jugó su último partido de preparación antes de la Copa Oro ante Japón. Un rival de lujo, del primer mundo, que nos ganó con un 2-0 mentiroso, porque pudo ser una goleada de escándalo. Pero, al final, los japoneses tuvieron un entreno con otros jugadores. Despidiéndose de su gente previa participación en Copa América. Luego de esta derrota, la Selecta fue frenada después de cuatro partidos ganados al hilo. Volvimos a la realidad, dijeron muchos. No sé por qué o cuándo se ausentaron de ella. No sé qué creyeron con haber ganado cuatro juegos consecutivos, uno con errores del rival, otro porque el santo también estuvo de nuestro lado y Cerén hizo el gol de su vida. Pero de ahí.

Los invito a que sigamos apoyando a la Selecta, es lo que tenemos. No hay más. Pero no le pidamos peras al olmo. Olvidémonos de un mundial. Esperemos que en esta Copa Oro, donde por ejemplo México no lleva a sus estrellas, podamos hacer más que un buen papel y pasemos de Cuartos. A las autoridades de la Selecta, no le pidamos procesos. Yo ya hace mucho me convencí que la selección es como el equipo del barrio que juega los domingos. Solamente es un grupo preparado para el juego más cercano con lo mejor que hay en el barrio. No más. Esperemos que le vaya bien y, por lo menos, los buenos papeles los mantengamos y la afición en Estados Unidos disfrute viendo a La Azul enfundarse la camiseta con la ES en el pecho y griten a todo pulmón el himno.
Ya que ganemos es, ciertamente, ganancia.

(Publicado en VoxBox Magazine)

Comentarios