El todavía, y con justa razón, sonado caso del niño Erick Amaya, que murió en las instalaciones del ISNA, parece que tiene mucho que descubrirsele a estas alturas. Con total hermetismo, el Instituto de Medicina Legal no ha hecho pública la autopsia del niño, solo se conoce que la muerte pudo generarse a una broconeumonía. Sumado al desamparo, abandono, maltrato y desnutrición que este pequeño sufría, su cuadro era verdaderamente crítico.Luego del rescate del menor por parte de la PNC, según brinda decalaraciones la madre del niño, la corporación policial parece que sí brindó los cuidados de los que puede echar mano, entre estos, darles comida a todos mientras estuvieron bajo su custodia. Al ser trasladados al ISNA, en el camino, una tormenta los sorpendió y mojó al bebé. Otro grave error sumado a esta cadena de negligencias. Cómo se les ocurrre llevar a la madre y al bebé en la cama del pick up, con los peligros que eso supone. Una vez llegado al lugar, según consta las declaraciones de la mamá del bebé fallecido, el ISNA no atendió al pequeño como se supone debía ser cuando es entregado un niño a su custodia. El resto lo concocemos. El pequeño Erick ya no está más, pero sí muchos errores en el procedimiento y una cantidad de ineptos que se tiran la bola, en especial, la máxima autoridad del ISNA que culpa a los medios de sobredimensionar el caso. ¡Vaya declaración de la responsable de la institución, las cosas que hay que ver!
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