El recién pasado miércoles 15 de octubre, la selección nacional de fútbol de El Salvador dibujó más de 5 millones de sonrisas. 11 años han transurrido desde que El Salvador logró colarse a una hexagonal final en busca de un boleto para asistir a un mundial de fútbol, el tercero para este país. Si bien los dos últimos partidos se jugaron más tácticamente que con calidad, lo importante es que se alcanzó el objetivo deseado: meternos a la hexagonal. Ahora, falta cerrar dignamente este fase ante los ticos en la última jornada, y sacarse la espinita de la derrota que nos infringieron en la primera jornada, nuestra primera derrota y nuestro único gol en contra también. La hexagonal ya está en nuestro bolsillo. Queda esperarla, que la selección se prepare de la mejor manera y que nos brinden el mejor esfuerzo posible. Esta fase es, en definitiva, nuestro mundial. Hay que disfrutarla. Gracias a los seleccionados, a los técnicos, a De los Cobos por creer en este grupo y por soportar la idiosincracia de nuestro fútbol y de nuestros dirigentes.
El recién pasado miércoles 15 de octubre, la selección nacional de fútbol de El Salvador dibujó más de 5 millones de sonrisas. 11 años han transurrido desde que El Salvador logró colarse a una hexagonal final en busca de un boleto para asistir a un mundial de fútbol, el tercero para este país. Si bien los dos últimos partidos se jugaron más tácticamente que con calidad, lo importante es que se alcanzó el objetivo deseado: meternos a la hexagonal. Ahora, falta cerrar dignamente este fase ante los ticos en la última jornada, y sacarse la espinita de la derrota que nos infringieron en la primera jornada, nuestra primera derrota y nuestro único gol en contra también. La hexagonal ya está en nuestro bolsillo. Queda esperarla, que la selección se prepare de la mejor manera y que nos brinden el mejor esfuerzo posible. Esta fase es, en definitiva, nuestro mundial. Hay que disfrutarla. Gracias a los seleccionados, a los técnicos, a De los Cobos por creer en este grupo y por soportar la idiosincracia de nuestro fútbol y de nuestros dirigentes.
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