El invierno nuestro de cada año

¿Qué tan vulnerable es nuestro país ante los embates de la naturaleza? Pues solo falta que veamos lo ocurrido en este año para responder esta pregunta. Basta que caiga una fuerte lluvia para que se descontrole todo el tráfico, para que las alcantarillas no dan abasto, para que los ríos se desborden, para que las personas pierden sus pocas pertenencias y para que la vida se les vaya a muchas también.
Cada año, desde hace un buen rato, se viene sufriendo el mismo mal, y nada parece que quite el dedo de ese renglón. Los planes contingenciales siempre están a horas de que el mal suceda, o pocos minutos despuyés, parece que la prevención es algo como un sueño imposible. Una vez más las autoridades que tienen vela en este entierro fallan.
Pero lo bueno de todo esto, es que ya está por terminar el invierno, y la socazón será, otra vez, para el año que viene.

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