Desde este miércoles 29 de octubre, El Salvador será la sede de la XVIII Cumbre Iberoamericana que en esta ocasión tiene como tema central a la juventud. Para variar, este tipo de cumbres nunca está distanciada de la polémica. Solo basta recordar el famosísimo ¿Por qué no te callas? que el Rey Juan Carlos de España le dijo al presidente venezolano, Hugo Chávez, solo por mencionar un hecho, que se convirtió en un "hitazo" mundial el año pasado en Santiago, Chile.
Para esta ocasión, y para no faltar a la tradición, esta cumbre ya lleva su propio condimento. En primer lugar, El Salvador no firmará la convención de la juventud, so pretexto que tiene varios artículos que riñen con nuestra constitución (además, de los gritos en el cielo que ya puso el arzbispo Fernando Saenz Lacalle). Otro hecho que marcará a esta cumbre, que en un principio el Gobierno calificó de exitosa por el número de mandatarios que vendrían) es la no asistencia del presidente uruguayo, Tabaré Vásquez, y la última no asistencia confirmada, aunque no del todo, del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien dijo no tener las garantías totales sobre su seguridad en su visita al país, y que creería sufrir un atentado. Es una lástima que el señor Chávez no venga, pero lo es más que diga que por un atentado posible en su contra, y no por otras causas (su afinidad al partido FMLN y los problemas internos de su país), si es por lo primero sería bueno que diera pruebas. Esperemos que esta cumbre pase a la historia por su éxito y no por sus polémicas, y que de paso deje algo de provecho al país, no solo trabazones, desinterés de mucha población a la que ni le va ni le viene esta cumbre y uno que otro gasto superfluo.
Para esta ocasión, y para no faltar a la tradición, esta cumbre ya lleva su propio condimento. En primer lugar, El Salvador no firmará la convención de la juventud, so pretexto que tiene varios artículos que riñen con nuestra constitución (además, de los gritos en el cielo que ya puso el arzbispo Fernando Saenz Lacalle). Otro hecho que marcará a esta cumbre, que en un principio el Gobierno calificó de exitosa por el número de mandatarios que vendrían) es la no asistencia del presidente uruguayo, Tabaré Vásquez, y la última no asistencia confirmada, aunque no del todo, del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien dijo no tener las garantías totales sobre su seguridad en su visita al país, y que creería sufrir un atentado. Es una lástima que el señor Chávez no venga, pero lo es más que diga que por un atentado posible en su contra, y no por otras causas (su afinidad al partido FMLN y los problemas internos de su país), si es por lo primero sería bueno que diera pruebas. Esperemos que esta cumbre pase a la historia por su éxito y no por sus polémicas, y que de paso deje algo de provecho al país, no solo trabazones, desinterés de mucha población a la que ni le va ni le viene esta cumbre y uno que otro gasto superfluo.
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