
Pues bien, ninguno de ellos será el campeón, los pronósticos están por el suelo y el laurel se lo llevará dos equipos humildes, enanos en la historia del balompie nacional, pero grandes en este torneo, un Isidro Metapán que ha sido muy regular a los largo de los últimos campeonatos o un Chalatenango armado a última hora, tras la debacle en la que lo dejó su ex-presidente Lisandro Pohl.

En hora buena por estas dos escuadras. Cualquiera será digno y merecido campeón. A ver si los mal llamados equipos grandes de nuestro fútbol pueden tomar ejemplo de ellos.
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saludos
carlos morales