Casi seis meses después

El 20 de agosto del año pasado, buena parte de El Salvador se sacudió con una noticia por demás lamentable: un bebé de un año y medio fallecía en circunstancias poco claras en las intalaciones del ISNA. De este hecho, las autoridades de la institución reponsable por la niñez en el país guardaron un silencio sepulcral, para luego descargar culpas en las otras intituciones involucradas, entre ellas, la PNC.
Por el momento, solo los padres del niño Erick Amaya han sido procesadas por abandono, entre otros delitos. Pero por la muerte del pequeño, nadie. Hasta estos días en que la Fiscalía General de la República ha presentado un requerimiento por el homicidio culposo del pequeño ante el Juzgado Noveno de Paz de San Salvador, procesando con ello a ocho empleados del ISNA por este caso de negligencia.
Ojalá y este sea el inicio de la deducción de reponsabilidades ante este penoso hecho que nunca más debe repetirse.

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