Definitivamente, fueron más que tres puntos los que el sábado por la noche ganó la selección de fútbol. Era un poco orgullo, un poco de querer quitarse el mote de malos que nos pusieron, de que no existimos, de demostrar que somos una selección competitiva que no damos nada por perdido y que tenemos personalidad. Era de meterse a la pelea por un boleto, ahora lo tenemos, pero era más por callar a quienes no han sido humildes en esto del fut.México vino al Cuscatlán con la idea de ganar, de pasarnos por encima, de sacar esos tres puntos que tanto le urgen, de reencontrase con el fútbol, pero no lo consiguieron, ya que juegan mal, no tienen personalidad, y si sumamos que en la cancha estuvieron más que 11 jugadores, estuvieron 30 mil, y en la banca seis milllones más.
Les ganamos, ahora estamos encima de ellos, pero con la mala suerte que ya dejamos ir puntos valiosos de locales, ahora toca ir a robar afuera otros puntos que nos mantengan con vida en esta eliminatoria y nos permitan soñar con nuestro tercer mundial.
Quizás no fue vistozo el encuentro, el arbitro se equivocó para los dos lados, no se vale excusarse en el silbante, hay que aceptarlo como ya unos lo han hecho, pero al final quienes metieron los goles, mostraron más ganas, se vieron mejor en lo colectivo y pusieron lo que tenían que poner fueron los de la selecta. Quienes lo gritaron y festejamos fuimos nosotros. A celebrar, 16 años después, otro 2-1 a favor de El Salvador. Falta este miércoles otro duro examen para ver si de verdad tenemos posibilidades, por de pronto, celebremos.
(Foto: http://www.elgrafico.com/)
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