Por aguantar todo lo que pudo a los dirigentes de este país, hasta el día de ayer. Creo que fue mucho más de lo que cualquiera lo pudo hacer profe. Ya lo de filtrar los números que pedía, lo de romper los códigos y faltar a la ética ya no era de aguantarse. Pero, sobre todo, porque nos ilusionó con una nueva generación de futbolistas que no entraban a la cancha pensando en la derrota y que demostraron que sabían jugar. Por devolverle una identidad al fut de la Selecta. Por volver a llenar el Cusca con ese azul profundo. Porque volvimos a ganar, a gritar grandes goles, porque creímos en nosotros mismos.
Aunque, lo mejor para mí, el aplauso se lo lleva por hacer que con su trabajo mi hijo vibrara en las gradas del estadio o en el sillón de la casa con una Selecta que ganaba y jugaba bien. No como la que yo vi en los últimos años. Gracias profe, el aplauso y los agradecimientos son para usted. Le estaremos agradecidos y esperamos que vuelva...esta es su casa.
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