![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg201dAPgaWhlSiBqGdAIrKhGduNR5Na8-4lo1bkl1Me6xnBacIo874whyK0Oek0glrlkeoIbnzkyvU0XUxN0iRyE0IK62qB6YNEnMBgqWy02GWE0DKOEyA3mxLA7mCbIkdpTXAaMa9wyE/s200/r.jpg)
Tanto tiempo ha pasado, pero pareciera que fue ayer, que todavía Romero pedía el cese de la represión. Pareciera que fue ayer que sonó ese disparo que, en lugar de matarlo, lo inmortalizó. Ya Monseñor es San Romero para el pueblo; ya Romero vive a diario en los corazones del pueblo, de quienes lo quisieron de verdad y en los que no importa que haya un día en su honor; porque para ellos, todos los día lo son ya. Por todos lados, se le recuerda en este día, menos en aquellos que tienen todavía miedo de sus palabras, y que con su sola mención, todavía, les hierve la sangre. Y más con las últimas declaraciones de uno de los implicados en su asesinato, publicadas por el periódico digital El Faro, y que generó tanto tráfico en su sitio que lo hizo colapsar, pero que nada más refuerzan lo que muchos sabían ya.
Comentarios