La Calaviuza....

Un año más, en la ciudad de Tonacatepeque, donde tengo enterrado mi ombligo, se celebró el día de la Calaviuza. De nuevo, la personificación de los seres de la Mitología Cuscatleca deambuló por las principales calles del municipio, celebrando el día de los Santos Difuntos, con un tradición propia de esta ciudad, en la que se sale por la ciudad pidiendo ayote en miel.
Como ha venido siendo costumbre en las últimas ediciones, la ciudad se ve abarrotada de cientos de personas: oriundos, visitantes, nacionales y extranjeros, y por los medios, que llegan a darle más relevancia al asunto, para transmitirlo a todo el país y al exterior.
No recuerdo muy bien los inicios de la fiesta como está en la actualidad, pero si me acuerdo de la pedida de ayote en miel que hacía de pequeño junto a mis amigos, cuando por las calles de Tonaca íbamos pidiendo ayote en cuanta casa se nos ocurría. Al final de la jornada, nos repartíamos el botín, que consistía, además de ayote, en güisquiles en miel, dulces, dinero, entre otras cosas que para uno de cipote era una gran onda en aquellos dorados tiempos ochenteros.
Ahora, está celebración se ha institucionalizado ya. Dejando atrás el recuerdo de aquellos que participamos en la pedida de ayote por la ciudad de un modo más folclórico; hoy en día, es otro mambo, mucho más mediático, bullicioso, más alegre, pero uno que es medio “romántico” no deja de añorar aquellos noviembres.

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