La crisis de los “grandes”

Si bien no es de primer nivel, es lo que tenemos y lo que, ni modo, debemos apoyar. Nuestro fútbol. Este que es una mezcla de amateur y folclorismo, desde los dirigentes pasando por los futbolistas, infraestructura etc., que deja claro que el tiempo se ha detenido en cuanto a nuestro desarrollo futbolístico. “Grandes” instituciones, para ser un tanto benévolo llamándolos de esa manera, están pasando por momentos críticos, uno de ellos es el FAS de Santa Ana. Un equipo sumido en una crisis financiera, deportiva, dirigencial, y muchos etcéteras más, que dicen mucho del que es, hoy por hoy, el dueño de más títulos de campeón de este país. Este equipo acaba de “entregar” su dirección en manos de personajes colombianos que dicen ser inversores y que “inyectarán” lo necesario para sacarlo adelante. Hasta la fecha, nada de eso, siguen en crisis y los jugadores están pensando en vender chimi churris que en entrenar.

Por otra parte, está el C.D. Águila, que no canta mal las rancheras en cuanto a descalabros. El equipo con mayor afición de país, no lo digo yo, sino la historia misma, está siendo administrado con las patas, como decimos, por el alcalde de San Miguel, Will Salgado. Una persona altamente cuestionada por sus camaleónicas participaciones en la política nacional, que se “arrima” con cuanto partido se le ocurra para ganar la silla edilicia de la Perla de Oriente, dueño de almacenes de electrodomésticos, señalado como “propiciador” de la llamada Sombra Negra, el grupo de exterminio de mareros, famoso hace años por San Miguel, entre otras situaciones que han hecho famoso a este personaje. Dicho maestro está manejando al equipo como a su finca, quitando entrenadores, poniendo jugadores, quitándolos, “enjabonándolos” como él dice, y ahuyentando a la afición del estadio. Aunque está en los primeros lugares, el equipo está divorciado del buen juego y de la noble afición. Y si hablamos de los demás equipos, es la de nunca acabar. De momento, no queda más que seguirlo, apoyarlo, y esperar que pase algo de proporciones bíblicas para que cambie de una vez por todas.