Un clásico bajo piedras



Tenía mucho tiempo de no asistir a un encuentro de fútbol en el estadio Óscar Quiteño de Santa Ana. Yo, que soy loco fútbol, creí que volver a ese estadio en un clásico del fútbol nacional, FAS vrs Águila, era el mejor pretexto para hacerlo. Mismo por el cual decidí llevar a mi hijo, de 13 años, para que viviera su primer clásico desde las gradas, apoyando a nuestro querido equipo: el Águila.
El equipo de mis amores, como ya se está haciendo costumbre, muy mala por cierto, perdió el clásico por 1-0, en un partido deslucido para el naranja y negro y de apenas chispazos para los santanecos.
Pero más que el juego, mi hijo y yo vamos a recordar este clásico como en el que nos salvamos, por muy poco, de que varias piedras hicieran impacto en nosotros. Parece que el sábado pasado, algunos cafres, porque no creo que esos sean los aficionados del FAS, se pusieron de acuerdo para hacer imposible la estadía de los aguiluchos que decidimos ir a ver el partido.
En la calle adyacente al estadio, en la entrada del mismo, y ya dentro del inmueble, estos cafres estuvieron tirando piedras a los visitantes- en la carretera a Santa Ana algunos estuvieron esperando a que el bus con los aficionados del Águila pasara para triarles piedras, pero no sé si lo lograron- el resultado fue algunos vidrios rotos de los automotores de la barra aguilucha, un aficionado herido, por suerte solo uno, por defender a una niña de cinco años de las piedras, y muchas molestias de los que no nunca pensamos que se dieran estos actos de vandalismo.
Me vine de ese estadio con la promesa de no volver a llevar a mi hijo a un clásico en esa cancha, el miedo en su cara me da la razón para evitarle esos malos momentos.
Misma suerte han corrido las idas al Cuscatlán cuando hay un Alianza vrs Águila, ya pasamos malos momentos con algunos aficionados de la Ultra Blanca hace poco también.
De momento, los partidos y las canchas de la UES y Santa Tecla, el mismo “Cusca”, pero cuando juega el Marte, son los partidos que podremos ver con relativa calma.
La tercera es la vencida dicen. No quiero que, en efecto, sea así en cuestión de piedras lanzadas por enajenados mentales. Ya nos salvamos de dos. De tres, no quiero averiguarlo.
Jorge Hernández salió lesionado luego que aficionados fasistas lanzaran piedras contra la barra del Águila en las cercanías del estadio Óscar Quiteño.  

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