Luis Ángel Firpo: De un equipo grande a un equipo modesto


Mi padre, hasta el día de su muerte, fue directivo de un equipo de fútbol de la Tercera División de El Salvador. Era lo que se conoce como un mecenas del deporte.

Y, aunque sobre él recaía buena parte de la administración del equipo, siempre delegaba en alguien más algunas responsabilidades para que todo saliera bien. Trabajo en equipo le llaman.

«En la semana, tu papá siempre se andaba rebuscado para lograr reunir todo el pisto para los pagos, el del entrenador y el de algunos jugadores. ‘Cómo le hacemos para salir con todo esto, René’, me decía tu papá. Pero siempre lográbamos salir con todo. Se preocupaba bastante. Yo creo que ni dormía por eso», me volvió a repetir ese viejo amigo de mi padre, días atrás que me lo encontré en el parque de mi pueblo y que volvimos a hablar de cuando Tonacapeque contaba con un equipo en el fútbol salvadoreño federado. Un equipo pequeño, ordenado y modesto.

Modesto… Modesto también fue el final de uno de los equipos «grandes» de El Salvador. Este domingo, Luis Ángel Firpo cayó en su visita al Municipal Limeño por 3-1, y con ello se despidió, una vez más y ya de manera oficial, como equipo del circuito de privilegio. Firpo acumuló más penas que glorias a lo largo de las últimas temporadas, luego de haber vivido un descenso, otro, y comprar la categoría al Juventud Independiente para volver a ser equipo de primera.
El retorno a la Segunda División

Los usulutecos no aprendieron de sus errores y, a la vuelta de un par de torneos cortos, volvieron a descender. Ironías de la vida: Modesto es el nombre del presidente del Luis Ángel Firpo. Modesto Torres tomó las riendas del equipo en octubre del 2017. El directivo, ligado a las inversiones, a los bienes y raíces, afirmó que para enero de 2018 ya había invertido USD 225 mil en el equipo. Que había encontrado muchas deudas, irregularidades, y un sinfín de problemas que, a menos de seis meses de tener el equipo en su poder, ya estaba buscando venderlo.

Nadie en su sano juicio, a menos que en realidad le sobre el dinero o que necesite moverlo, bota tal cantidad de dólares en un equipo de fútbol, sabiendo que el retorno de la inversión será lento o que puede perder buena parte. Y si se le suma una mala administración, caprichos, impagos, y un sinfín de cuestiones más, el resultado será el mismo. Tirar la toalla, abandonar a los jugadores, pasar de lo deportivo a otros problemas y caminar hacia el descenso. Modesto, en su administración, fue menos que eficiente. Pensar que solo él tenía la razón y hacer y deshacer con el equipo le pasó factura. Y dando patadas de ahogado, hasta en la última semana del campeonato anduvo buscando ganar en la mesa, aunque no tuviera razón, lo que en la cancha su equipo no pudo.

Aunque parezca inverosímil, ya se rumora que Firpo puede comprar otra categoría, de nuevo, para volver a estar en la Liga Mayor de Fútbol, se supone que en manos de un inversionista mexicano que suena, hace ratos, podría llegar al equipo usuluteco.

De momento, Modesto le debe a los jugadores, y si sigue así, tendría problemas para inscribirse en Segunda División. Ya el toro está en el matadero con el cuchillo en el cuello, solo esperando al matador.

Hoy en día, el fútbol ya no se maneja con mecenazgos, pero la dirigencia del fútbol nacional sigue creyendo que sí. Ahora rodearse de profesionales en administración, mercadeo, comunicaciones, entre otros, puede sacar adelante una empresa futbolística, para no seguir dando pena y dejando desprotegidos a los jugadores, como la mayoría de los equipos nacionales. Lamentablemente, quienes también pagan los platos rotos en estas situaciones son los aficionados. Fieles a los colores, pero inmisericordes con las malas administrativas. Ahora solo les toca enjugarse las lágrimas y esperar mejores tiempos.

De momento, Firpo sigue estando en la calle de la amargura. Su historia le quedó grande a su dirigente. De equipo grande pasó a ser un equipo modesto.


(Publicado en VoxBox Magazine)

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