El deporte en El Salvador necesita de alguien que valga Oro



A mí me gusta ver ondear la bandera de El Salvador en cualquier competencia internacional, y saber que un atleta está participando, y que en sus hombros lleva nuestro apoyo y esperanzas, también. Pero en la última década, poco, realmente muy poco, hemos podido disfrutar de eso.

En la última década, el deporte salvadoreño ha sufrido la peor derrota posible: el abandono de las máximas autoridades. No hemos dejado de escuchar la poca ayuda estatal que los atletas han tenido para prepararse, para afrontar las competencias internacionales de la mejor forma. Es más, hemos visto a un par de atletas frustrados, incluso pidiendo ayuda para ir a representarnos dignamente a nivel internacional. No hemos tenido mucho de qué enorgullecernos en la alta competencia. Parece que a las últimas autoridades del Instituto Nacional de los Deportes le importó poco, o nada, el deporte nacional.

Sin mencionar nombres, porque ya los conocemos todos, recordamos a aquel director del INDES al que se le acusaba de padecer de medallitis. También a aquel que dijo que iba a masificar el deporte, y a otros, como el saliente, que lo recordábamos por haber hecho, realmente, nada.

Para ser objetivos, el INDES ha sido un sitio realmente oscuro en los últimos dos quinquenios. Muestra de ello, Jaime Rodríguez, un excelente y profesional futbolista, dejó tanto que desear como el regente del deporte nacional. Actualmente está siendo juzgado por malversación de fondos y actos arbitrarios. Y ya no digamos el profesor Quezada que, desde su programa, sabía qué decir para mejorar el deporte, pero una vez en el lugar donde se toman las decisiones no hizo nada para  mejorar nuestro deporte.

¿Qué necesitamos en el INDES?
Necesitamos a un deportista que lo dirija. Un exatleta que sepa qué necesita un deportista de alto rendimiento. Que haya estado en la máxima competencia. Que haya predicado con su ejemplo y que desde esa posición sepa inyectar los recursos, visión, entusiasmo a los nuevos atletas que nos deben representar. Y si se puede, también, rodearlo de otros exdeportistas que también jalen para el mismo lado, y un par de administradores que sepan gerenciar dicha institución. Necesitamos dotar de todas las condiciones a nuestros atletas de alto rendimiento, para que se enfoquen solamente en las competencias y no tengan distracción alguna. Que sepan que la institución responde por todo lo que necesiten y que eso le permita dedicarse en cuerpo y alma a lo suyo.

Necesitamos masificar el deporte. Llevarlo  a los municipios. Necesitamos descubrir nuevos atletas, pulir joyas. Pero, sobre todo, alejar de los peligros a nuestros jóvenes a través de los deportes, de manera recreativa, y desde ahí descubrir potenciales exponentes del deporte de alta competencia.

Necesitamos también una institución que vele por toda la infraestructura deportiva en el país. Que logre hacer de estos lugares los templos que reúnan las condiciones mínimas para recibir a los deportistas para su preparación y para sus competencias.

Necesitamos tener infraestructura del primer mundo. Es una pena ver el grado de abandono del máximo escenario deportivo nacional: El estadio Jorge «Mágico» González. Una cancha en pésimo estado, un potrero por cancha, una pista deteriorada, baños insalubres, butacas en mal estado, pantalla inservible y muchos etcéteras más. Y así las instalaciones en el interior del país.

Necesitamos mejores entrenadores. Aprovechar las relaciones con Cuba y ahora con China, por decir algunos países, para traer entrenadores que sepan preparar a nuestros atletas y a nuestros entrenadores también.

Necesitamos hacer que nuestro deporte nos haga sentir orgullosos de ser salvadoreños y que sea una herramienta para unir a toda una nación. Somos una sociedad que ha aguantado de todo. Nosotros, de ya ratos, a diferencia de las pasadas autoridades del INDES, tenemos una medalla de Oro colgada en el pecho.

(Pubicado en VoxBox Magazine)

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