Paulina: La fan número 1 de la selección de El Salvador... en México



Para nadie es un secreto que muchos salvadoreños le tienen un odio, bastante irracional, a México en el ámbito futbolístico, pero que, definitivamente, no pasa de ahí. Porque cuando de comer se trata, a los tacos, tortas, enchiladas y quesadillas no les hacemos mala cara. Y si hablamos de beber, el tequila, o llamarle chelas a las birrias, ya es muy nuestro también. Ya no digamos escuchar y cantar, y hasta gritar, las canciones de Vicente Fernández, Pepe Aguilar, Pedro Infante, o desgañitarnos con las rolas de Caifanes, Maldita Vecindad, Molotov, entre otros, que la cultura mexicana ha regalado a media humanidad.

Y qué decir cuando nuestras madres, abuelas y nosotros mismos también no nos demos paja, hemos llorado a moco tendido frente al televisor al ver las escenas de las telenovelas mexicanas, esas en las que Eduardo Abimael le dice a Juana Emperatriz que la ama, pero que lo suyo no puede ser porque, oh sorpresa, ¡son hermanos! Sin duda, es más lo que no une, que lo que nos aleja de los aztecas.

Justamente, y en esto del amado fútbol, en Monterrey, desde hace más de 10 años, sucede todo lo contrario. El amor por El Salvador, su fútbol y su selección, creció desbordadamente en Paulina de los Cobos, la fan número 1 de Carlos de los Cobos… su papá.

Desde entonces, todo lo que tenga que ver con la Selecta es de suprema importancia para esta licenciada en Ciencias de la Comunicación, madre de Juan Carlos, Marcelo y María, a quien no le pesa ponerse la camisa de la selección salvadoreña cada vez que juega El Salvador y apoyar, y gritar los goles, incluso en la mitad de un restaurante lleno de sus compatriotas, cada vez que ha tenido la oportunidad.

Como cosas del destino, a Paulina el color azul la ha seguido desde pequeña. Le encanta y ahora mucho más. Ella es aficionada al Cruz Azul de México, pero le tiene un gran aprecio a la pandilla de Monterrey, uno de los equipos en los que su papá jugó en el fútbol del país de los nopales. Y es, precisamente con la pandilla rayada, que ella tiene los más hermosos recuerdos del fútbol y su papá.

“Los primeros recuerdos que tengo son cuando mi papá jugaba en el Monterrey, cada dos semanas, cuando jugaba de local. Íbamos al estadio, entrábamos a la cancha y salíamos a saludar a la afición con todo el equipo, era impresionante ver a toda la gente apoyando. Sin duda una de las épocas más hermosas de mi infancia”, afirma Paulina.

Para esta mexicana, ya con corazón salvadoreño, la noticia del fichaje de Carlos de los Cobos como técnico de la selección mayor de El Salvador, hace más de una década, fue una noticia que los emocionó a todos en la familia.

“Recuerdo que fue una gran emoción, siempre con sentimientos encontrados, por tenerlo lejos, pero me llenó de mucho orgullo verlo realizar sus sueños y pensé que era una gran recompensa a todos sus esfuerzos”, revela.

Y así como a todos los salvadoreños nos ha emocionado más de algún juego de la azul, ella también tiene en sus recuerdos a un par de partidos en los que sufrió de lo lindo, apoyando al equipo y, por supuesto, a su progenitor.

“Hay dos: el partido contra Panamá y el partido contra México en el Cuscatlán. Han sido los partidos más emotivos, con los sentimientos a flor de piel. En esa ocasión, por cuestiones de trabajo, no pude viajar a El Salvador. Trabajaba en una cadena de restaurantes en Monterrey, en el área de Mercadotecnia y Relaciones Públicas, y me tocó ver el partido ahí, el lugar a reventar y yo en el centro del restaurante con mi playera de El Salvador festejando el triunfo. Casi me linchan, pero no me importó”, relata Paulina con mucho orgullo. También admite que todavía no ha podido venir a El Salvador, y que desea hacerlo pronto, ya con sus hijos. “Mi corazón es azul desde el 2006”, agrega.

Para ella, ya es normal enfundarse la camisa con la ES en el pecho y apoyar en la distancia a la Selecta. Cosa que sus amistades ya no ven raro.

“Entienden perfectamente que yo apoyaré siempre el equipo en el que esté mi papá. Siempre se alegran de los triunfos de mi padre”, comenta.

Vuelta a El Salvador… Vuelta a casa
El año pasado, una vez se dio a conocer que El Salvador había fichado de nuevo a De los Cobos como técnico, después de una década con muchas más bajas que altas, la noticia de la vuelta a la tierra cuscatleca puso muy feliz al entorno del profe, de acuerdo a su hija. Era la oportunidad para la “revancha”.

“Al conocer la noticia de la vuelta de mi papá a El Salvador, me puse muy contenta, sabía en el fondo que en algún momento sucedería. Mi papá dejó una parte de su corazón en el país y tenía que regresar por la revancha. Es un gran reto y mi padre fue muy valiente de regresar, porque superar la primera etapa sería difícil, pero creo que lo está haciendo de maravilla”, sostiene Paulina.

A pesar de los años, el dolor de los amaños sigue afectando a todos los que en el país aman el fútbol y a la selección. La decepción que significó conocer que un grupo de jugadores vendió varios juegos de la Selecta sigue ahí, intacto, y ella también lo sabe.

“La situación de los amaños me llenó de tristeza, el saber que un país y mi padre habían sido traicionados. Muchos esfuerzos, muchos sacrificios y esperanza echados por la borda. Fue una gran decepción, porque había mucho cariño de por medio. Pero siempre, los malos actos, tienen consecuencias y recibieron su castigo, aunque considero que no fue parejo el castigo para todos, todos debieron haber recibido la misma penalización, pero sabemos que hay intereses de por medio, de la justicia del hombre se salvan, pero de la de Dios jamás”, aseveró la hija del profe.

También, Paulina es consciente de que muchos, aunque sin prueba alguna, acusan a Carlos de los Cobos de haber sabido de este caso y que no hizo nada al respecto.

“Sé que mi padre ha sido acusado y juzgado. Es difícil que la gente pueda creer que no estaba enterado, pero yo siendo su hija puedo meter las manos al fuego por él. La gente no tiene idea de los sacrificios que hemos hecho como familia, estar lejos, perdernos de muchas experiencias juntos, leer o escuchar lo que dicen de él, algunas veces es doloroso pero sabemos de qué está hecho mi padre, es un hombre honesto y recto, al grado que por estas dos cualidades, muchas veces, lo han marginado del fútbol, porque sabemos que el ambiente del fútbol es un poco complicado y hay gente que no tiene cabida. Mi padre ha luchado por siempre defender sus principios y valores, llevándolos hasta las últimas consecuencias. Habrá gente que se quedará con la idea de que es culpable, pero nosotros sabemos cuál es la verdad. Él jamás estuvo metido en ningún amaño, jamás recibió un peso por traicionar a un país”, asevera Paulina.

Si bien hay un sector de la afición que no vio con buenos ojos el regreso del técnico al país, y que mucha de la prensa que en aquel entonces lo idolatraba por habernos llevado a una hexagonal luego de 11 años, por haber dado otra cara a la selección, hacer que el jugador volviera a sentir orgullo de vestir los colores y dotar de una idea de juego a la azul,, ahora le dio la espalda y ha hecho del entorno de DLC el lugar predilecto para tirar dardos y cuchillos, también hay otro sector que vio con beneplácito el retorno del técnico a la Selecta. Para ese sector, solo van palabras de agradecimiento, manifiesta Paulina.

“Antes que nada, gracias por tanto cariño para mi familia. Les pido que le den mucho apoyo y confianza al equipo, a los jugadores y a mi padre. Ellos harán todo por entregarles miles de momentos de felicidad, pero necesitan de su apoyo. Tengo mucha confianza que será una maravillosa experiencia. Él hará lo que esté en sus manos para que las cosas funcionen”, afirma esta mexicana que no tiene reparo alguno en desvivirse por la azul.

“Creo que estamos sacando resultados favorables, que nos permiten llegar al objetivo que se busca cumplir. Algunas veces se jugará mejor que otras, pero como siempre lo he dicho: se jugará con el corazón y dejándolo todo en la cancha. Mi padre, cuando jugaba, así lo hacía y es la forma en la que él vive el fútbol, en el momento que vea que un jugador deja de entregarse al cien, ese jugador no será parte de la selección. Es un proceso y como tal se necesita tiempo, déjenlos hacer su trabajo y ellos responderán”, agrega.

Además de venir a apoyar a papá, Paulina desea venir a El Salvador muy pronto por sus hijos,” me encantaría que mis hijos conozcan ese hermoso país”, admite, con aquella nostalgia que la hace extrañar al profe desde hace más tres meses, cuando lo vio por última vez. “Lo extraño mucho”, admite

“Nunca dejemos de creer en que los sueños se pueden cumplir y que todos, tanto mi padre, como sus muchachos, como él los llama, están luchando por su país, por llenar de alegría a su afición y por cumplir el tan anhelado sueño. Sí se puede”, finaliza Paulina de los Cobos, una fiel más del color azul de la Selecta, la fan número 1 del profe Carlos.

(Publicado en VoxBox Magazine)

Comentarios